miércoles, 17 de noviembre de 2010

Días negros.




-¿Sabes? Creí que esto no podría empeorar más, que había tocado techo, que había llegado al tope. Porque todo tiene un techo, una barrera infranqueable que marca el final, su tope. Pero una vez mas me equivoqué, y aquello que imaginaba estático se volvió dinámico, rompió contra el techo, lo atravesó, abriendo una estancia superior mas oscura e inhospita que cualquiera anterior.
Yo realmente quede muy sorprendida. ¿Quién me habría dicho a mi hace unos pocos días que mi poca vida iba a dar un giro tan insospechado?
-Realmente nadie vió esto venir. Pero no te sientas culpable, ya verás como todo se arreglará, ten fé.
-¿Fé? ¿Qué es eso? Lo siento, nunca me gustaron los cuentos de hadas. Es irracional pensar que todo se arreglará así porque sí sin intervenir y sin creer en el azar o la casualidad. La vida es dura y se ceba con los que osan vivirla. 
-Entonces solo puedo desearte suerte.
-No es necesario, prefiero la casualidad. 
-Hasta pronto entonces.
.Ádios.

martes, 9 de noviembre de 2010

Frío para el invierno, por favor.

http://www.youtube.com/watch?v=szp0I9Fzy4M

(Tomás perdoname por el plagio, pero no he podido evitarlo.)

Llega por fin el invierno, un invierno que parecia hacerse de rogar, por lo menos para mi.
Aunque bueno, siendo francos y si no recuerdo mal el invierno empieza en diciembre. ¿Que mas dá?
Para mi el otoño no existe y en su lugar se extiende la estacion invernal que aqui, en este país del cual no me orgullezco y agudizandose en esta región, pasa  casi sin pena ni gloria, casi como el pasado 5 de Noviembre.

Algún día vivire en un país permanentemente nublado, aborreceré la lluvia, el viento, ¡el frío!. Todo esto que ahora me fascina tanto quedará en un segundo plano y echaré de menos el sol calido de este país escandaloso, sucio y humedo. Algún día viajaré a Francia, a Alemania, a Noruega, ¡a Argentina!.  Y si a ello no llegara los imaginaré, me imaginaré en un banco frente a la Torre Eífel, bebiendo cerveza caliente en alguna taberna, paseando sobre kilos y kilos de nieve con los pies helados, enamorandome una vez mas de ese acento que me encanta. Y viajaré en invierno. Y en verano invernaré, en algun minusculo apartamento de algún gelido país. Y si no lo llego a hacer lo inventaré, asi como invente mis inviernos, así como inventé que echaba de menos el sol de España. Todo lo imginaré, lo soñaré, así como soñe nacer, andar, comer y respirar. Así como hoy sueño que existo.